Porque además hay gente a la que le ponés polenta delante y se manda cinco platos sin decir agua va. Gente increíble, bestias de carga, camisas y botas llenas de barro que nunca serán las mías. Nacido para la derrota sistemática, quizá lo mío se trate de una retorcida forma de éxito. Y es que no es fácil, nada fácil, no se vaya a creer. Se necesitan años de estudio y de constantes puestas a punto, escapar con elegancia ante la cita pendiente con los roles, la carita de los pibes, la cena caliente y el marido confortable, cosas de ésas que no sólo me resbalan sino que me paspan, por decirlo en términos bastante neonatos y pre-talco. Y tener el coraje o la inconsciencia suficientes como para decirme que mejor seguir remando en las cohortes de los ilusos que aspiran a un Robinson en tierras ya aradas y plantadas.
Hace diez días me preguntaba frente al espejo: ¿por qué hay estas mañanas Gardel? Despertarme y reconocerme un perfecto cretino. Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser.. Si fui flojo, si fui ciego.. Arrabal amargo...
Pero hoy no, hoy música y flores, sol, les prometimos sol y sol van a tener.
En A nonsense song Chaplin prefigura una especie de glíglico políglota o scat a la Circo de Moscú, mezclando sonidos y palabras de distintos idiomas. El español parece asomar por ahí en una especie de “chica tonta” medio mordido, hacia el final de la canción. Cierro los ojos y recuerdo a Chaplin escapando de la fábrica. De niño me reía de una manera indecible con Harold Lloyd.
Mezclas, todo en la misma marmita. Escaso sentido de la unidad, esa superstición tan atractiva de los estoicos y de los que van a los bares con karaoke.
Y hablando de mezclas, Arturito de los tres pelitos, que vuelve la semana próxima del exterior, me estuvo explicando un poco más su teoría de la caja negra. De momento me dice que está convencidísimo de que aceptar el método científico es un acto de fe. Un poco convulso, me escribe: “Flaco, basta de inductismo, de positivismo y hasta de Popper. Hoy la justa la cantó Jeremy Rifkin y no mucha gente le ha dado bola. La falsación es también un acto de fe. Y quizá uno de los peores por abanderarse con el logo de la objetividad, monstruo frío e inexistente. En la majuga que se le escapa a la consagrada falsación, ahí donde lo observable se escapa sonriente, descansa lo mejor de este teatro al que por condescendencia o hipocresía llamamos vida.” El resto del correo viene en un tono similar; acaso peor.
Pero las resacas intelectuales de R2D2 me interesan poco en este momento, justo cuando tengo la agradable sensación de que el día de hoy no fue un calco inmundo de los últimos cuarenta días, que vale la pena escuchar a Johnny Cash cantando Me and Bobby McGee, que aunque ese dirty red bandana no lo pronuncie como Joplin, es perdonable, que aunque ese freedom is just another word for nothing left to lose haya sido traducido pésimamente alguna vez por el mentado Alfonso Carbone, igual, todo me da igual, hoy que la lluvia amainó y el escampe se dispone como un anuncio. Y que por ahí ese I pulled my harpoon out of my dirty red bandana se refiere a que la mina se picaba o a la menstruación. Me da ab-so-lu-ta-men-te igual. Ahora, mientras hago sobremesa me digo que vale sobradamente la pena continuar con el libro que me regaló Circe (La conjura de los necios/John Kennedy Toole). Y creo que es lo que voy a hacer.
Hace días que tengo la canción Oiga doctor lamiéndome tibiamente los pies. Como si fuera poco, Adriana Varela canta "si viene mal barajado este fato de vivir" y me causa gracia. Gracia. Dios.
Da asco escribir así. Asco.
Hace diez días me preguntaba frente al espejo: ¿por qué hay estas mañanas Gardel? Despertarme y reconocerme un perfecto cretino. Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser.. Si fui flojo, si fui ciego.. Arrabal amargo...
Pero hoy no, hoy música y flores, sol, les prometimos sol y sol van a tener.
En A nonsense song Chaplin prefigura una especie de glíglico políglota o scat a la Circo de Moscú, mezclando sonidos y palabras de distintos idiomas. El español parece asomar por ahí en una especie de “chica tonta” medio mordido, hacia el final de la canción. Cierro los ojos y recuerdo a Chaplin escapando de la fábrica. De niño me reía de una manera indecible con Harold Lloyd.
Mezclas, todo en la misma marmita. Escaso sentido de la unidad, esa superstición tan atractiva de los estoicos y de los que van a los bares con karaoke.
Y hablando de mezclas, Arturito de los tres pelitos, que vuelve la semana próxima del exterior, me estuvo explicando un poco más su teoría de la caja negra. De momento me dice que está convencidísimo de que aceptar el método científico es un acto de fe. Un poco convulso, me escribe: “Flaco, basta de inductismo, de positivismo y hasta de Popper. Hoy la justa la cantó Jeremy Rifkin y no mucha gente le ha dado bola. La falsación es también un acto de fe. Y quizá uno de los peores por abanderarse con el logo de la objetividad, monstruo frío e inexistente. En la majuga que se le escapa a la consagrada falsación, ahí donde lo observable se escapa sonriente, descansa lo mejor de este teatro al que por condescendencia o hipocresía llamamos vida.” El resto del correo viene en un tono similar; acaso peor.
Pero las resacas intelectuales de R2D2 me interesan poco en este momento, justo cuando tengo la agradable sensación de que el día de hoy no fue un calco inmundo de los últimos cuarenta días, que vale la pena escuchar a Johnny Cash cantando Me and Bobby McGee, que aunque ese dirty red bandana no lo pronuncie como Joplin, es perdonable, que aunque ese freedom is just another word for nothing left to lose haya sido traducido pésimamente alguna vez por el mentado Alfonso Carbone, igual, todo me da igual, hoy que la lluvia amainó y el escampe se dispone como un anuncio. Y que por ahí ese I pulled my harpoon out of my dirty red bandana se refiere a que la mina se picaba o a la menstruación. Me da ab-so-lu-ta-men-te igual. Ahora, mientras hago sobremesa me digo que vale sobradamente la pena continuar con el libro que me regaló Circe (La conjura de los necios/John Kennedy Toole). Y creo que es lo que voy a hacer.
Hace días que tengo la canción Oiga doctor lamiéndome tibiamente los pies. Como si fuera poco, Adriana Varela canta "si viene mal barajado este fato de vivir" y me causa gracia. Gracia. Dios.
Da asco escribir así. Asco.
1 comentario:
Camine hacia atrás. Encuentre el jazmín muerto. Y así, un día Vilma Palma tendrá.
aeyst.*
aeyst.js@gmail.com
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