La semiótica del discurso onírico. Freud en babuchas, bostezando e intentando recordar lo soñado. La revista promete. Los franceses son realmente quelque chose.
Le numéro 2 (juin 2006) de la revue LANGAGE ET INCONSCIENT est paru. Au sommaire :
Waldir Beividas --- Sémiotique du discours onirique : Le rêve de Freud
Gilles Bourlot et Jean-Michel Vives --- L'anorexie comme figure de l'insexuable
Irene Fenoglio --- L'intime étrangeté de la langue
Francis Gandon --- Dénégation et anagrammes : Saussure lecteur de Tibulle
Clement de Guibert --- A propos de la langue et de l'altérité : Une observation clinique de trouble de la mémoire sémantique
Marco Antonio C. Jorge --- O sintoma e o que muitas pessoas tem de mais real : Sobre os quatro conceitos fundamentais da psicanalise e a fantasia
Valelia Muni Toke --- La notion d'inconscient dans la réflexion linguistique de Jacques Damourette et d'Edouard Pichon : L'exemple de la sysemie homophonique
Viviane Smutek --- Le nœud du symptôme
Le numéro 2 (juin 2006) de la revue LANGAGE ET INCONSCIENT est paru. Au sommaire :
Waldir Beividas --- Sémiotique du discours onirique : Le rêve de Freud
Gilles Bourlot et Jean-Michel Vives --- L'anorexie comme figure de l'insexuable
Irene Fenoglio --- L'intime étrangeté de la langue
Francis Gandon --- Dénégation et anagrammes : Saussure lecteur de Tibulle
Clement de Guibert --- A propos de la langue et de l'altérité : Une observation clinique de trouble de la mémoire sémantique
Marco Antonio C. Jorge --- O sintoma e o que muitas pessoas tem de mais real : Sobre os quatro conceitos fundamentais da psicanalise e a fantasia
Valelia Muni Toke --- La notion d'inconscient dans la réflexion linguistique de Jacques Damourette et d'Edouard Pichon : L'exemple de la sysemie homophonique
Viviane Smutek --- Le nœud du symptôme
*
no estoy arriba ni abajo
ya ni mejoro ni voy a empeorar
y como nunca empiezo nada
no me pone ansioso poder terminar
ya ni mejoro ni voy a empeorar
y como nunca empiezo nada
no me pone ansioso poder terminar
(Cuarteto de Nos/Así soy yo)
ya fui al psicólogo, fui al teólogo, fui al astrólogo, fui al enólogo
ya fui alcohólico y fui lambeta, ya fui anónimo y ya hice dieta
ya lancé piedras y escupitajos al lugar donde ahora trabajo
y mi legajo cuenta a destajo que me porté bien y que armé relajo
y oigo una voz que dice sin razón
vos siempre cambiando, ya no cambias más
y yo estoy cada vez más igual
ya no sé que hacer conmigo
ya fui alcohólico y fui lambeta, ya fui anónimo y ya hice dieta
ya lancé piedras y escupitajos al lugar donde ahora trabajo
y mi legajo cuenta a destajo que me porté bien y que armé relajo
y oigo una voz que dice sin razón
vos siempre cambiando, ya no cambias más
y yo estoy cada vez más igual
ya no sé que hacer conmigo
(Cuarteto de Nos/Ya no sé qué hacer conmigo)
*
Se sabía espectador al margen del espectáculo, como estar en un teatro con los ojos vendados; a veces le llegaba el sentido segundo de alguna palabra, de alguna música, llenándolo de ansiedad porque era capaz de intuir que ahí estaba el sentido primero. En esos momentos se sabía más próximo al centro que muchos que vivían convencidos de ser el eje de la rueda, pero la suya era una proximidad inútil, un instante tantálico que ni siquiera adquiría calidad de suplicio. Alguna vez había creído en el amor como enriquecimiento, exaltación de las potencias intercesoras. Un día se dio cuenta de que sus amores eran impuros porque presuponían esa esperanza, mientras que el verdadero amante amaba sin esperar nada fuera del amor, aceptando ciegamente que el día se volviera más azul y la noche más dulce y el tranvía menos incómodo. «Hasta de la sopa hago una operación dialéctica», pensó Oliveira. De sus amantes acababa por hacer amigas, cómplices en una especial contemplación de la circunstancia. Las mujeres empezaban por adorarlo (realmente lo hadoraban), por admirarlo (una hadmiración hilimitada), después algo les hacía sospechar el vacío, se echaban atrás y él les facilitaba la fuga, les abría la puerta para que se fueran a jugar a otro lado. En dos ocasiones había estado a punto de sentir lástima y dejarles la ilusión de que lo comprendían, pero algo le decía que su lástima no era auténtica, más bien un recurso barato de su egoísmo y su pereza y sus costumbres. «La Piedad está liquidando», se decía Oliveira y las dejaba irse, se olvidaba pronto de ellas.
(Cortázar/Rayuela)
2 comentarios:
un detalle de la canción "Ya no sé qué hacer conmigo": en una estrofa dice "una voz que dice sin razón" y en la otra "una voz que dice con razón". Consistente.
Ayer justo notaba la estrofa del "ya lancé piedras y escupitajos al lugar donde ahora trabajo", es buenísima, no?
El vaivén con-sin le va perfectamente a la canción, me parece. Por lo demás, muy acorde todo, che.
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