Desde hace años colecciono títulos de ponencias. Me cuesta creer, a veces, que haya un escudo humano dispuesto a defender ciertos engendros. Confieso, sin vergüenza, que suelo asistir a algunas tan sólo para observar al bípedo eucariota ejercer el oficio que nos distingue de los simios o para tomar notas más amigas de una voluntad costumbrista o psicológica que de una curiosidad científica. No lograría explicar en breves párrafos cuánto me divierten ciertos malabarismos pseudo intelectuales. Hay que ir. En la última, hace poco, el hombre era tan esnob que, mientras respondía a una pregunta, dejó caer un hic et nunc que no sólo no venía al caso sino que podría haberlo dicho perfectamente en criollo, es decir en francés.
Estoy en plena escritura de un capítulo de un libro colectivo, lo cual me obliga a rever la bibliografía (ver post anterior). Indefenso, me encuentro con un llamado a un coloquio organizado por la cátedra de fisiología de la percepción y de la acción, del instituto de biología del colegio de francia (espero que las minúsculas aligeren un poco). Permitiéndome una traducción, el coloquio versa sobre la pluralidad interpretativa - fundamentos históricos y cognitivos de la noción de punto de vista. Go taking, me digo, cediendo a otra traducción, sin duda menos fiel. Encuentro joyas varias, entre las que destacan:
- La manipulación mental de los puntos de vista: ¿uno de los fundamentos de la tolerancia?
- Amabilidad y punto de vista en los diálogos del Renacimiento italiano.
- La paradoja hermenéutica.
- Waterloo y los espejos cruzados de la interpretación, de Stendhal a la teoría de juegos.
A veces me digo que la vida vale la pena. Los dejo, tengo que volver al capítulo.
Estoy en plena escritura de un capítulo de un libro colectivo, lo cual me obliga a rever la bibliografía (ver post anterior). Indefenso, me encuentro con un llamado a un coloquio organizado por la cátedra de fisiología de la percepción y de la acción, del instituto de biología del colegio de francia (espero que las minúsculas aligeren un poco). Permitiéndome una traducción, el coloquio versa sobre la pluralidad interpretativa - fundamentos históricos y cognitivos de la noción de punto de vista. Go taking, me digo, cediendo a otra traducción, sin duda menos fiel. Encuentro joyas varias, entre las que destacan:
- La manipulación mental de los puntos de vista: ¿uno de los fundamentos de la tolerancia?
- Amabilidad y punto de vista en los diálogos del Renacimiento italiano.
- La paradoja hermenéutica.
- Waterloo y los espejos cruzados de la interpretación, de Stendhal a la teoría de juegos.
A veces me digo que la vida vale la pena. Los dejo, tengo que volver al capítulo.
1 comentario:
Mirá lo que son las cosas, el lunes hablaba con un sociólogo y comunicador sobre un seminario en el que él tiene que participar y yo tengo que grabar la promoción del evento. El título es extraño y largo hasta lo ridículo (no lo nombro porque en internet nunca se sabe quien puede estar leyendo) y este hombre me dijo que trató de convencer al organizador de cambiarlo.
Se negó, claro.
Me acordé de “La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa” y lo inapropiado del largo, que Mastropiero decidió cambiar.
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