Nuevas generaciones

No vino del MIT, tampoco de Nokia o de la tierra del sol naciente, mucho menos del prodigio llamado computación cuántica. Para hacer frente a la crisis y alentados por criterios ecológicos, investigadores de la Universidad del Ferrol presentaron el lunes pasado en el Salón Mundial de la Tecnología, en París, su revolucionario modelo de teléfono celular que funciona a monedas.

Su mecanismo, tributario de los antiguos teléfonos públicos que aún hoy adornan las calles españolas, no presenta mayores complicaciones: una ranura situada en uno de los costados del dispositivo permite a un usuario alimentar el crédito de su teléfono celular.

Este producto del mejor ingenio español presenta como virtud —en palabras de Manuel Sánchez, jefe del proyecto— la imposibilidad física de realizar llamadas telefónicas cuando no se tiene un duro, vamos, además de su rasgo ecológico, hombre, pues el cacharro no necesita de esas tarjetas de recarga que tanto contaminan un planeta en extinción.

Su estructura ha sido publicitada como inviolable y cumpliría todas las normas de seguridad pregonadas por la Unión Europea. Los investigadores prevén una red mundial de centros en los que los usuarios podrán acudir a fin de que la empresa telefónica pertinente recolecte las monedas consumidas.

Ajenos a las críticas sobre el problema de encontrar cambio en estos días tan virtuales y el peso que adquiere el adminículo a medida que se utiliza, los investigadores realizaron una demonstración de su primer prototipo, cuyo nostálgico nombre es El pesetín, ante un público mayoritariamente francés que dudaba entre la perplejidad y la carcajada. Rápidamente los niños han descubierto que además de teléfono, con el reservorio a medio llenar, el teléfono sirve también para emular una maraca. El semanario Charlie Hebdó de hoy trae una nota poco amistosa sobre el dispositivo, adjunta de varios chistes gráficos. En uno de ellos se ve un conjunto musical español armado de teléfonos y una pancarta que reza Los pesetines.

Los últimos rumores indican que los investigadores habrían desarrollado un nuevo modelo, que se llamaría El diferido, cuyo crédito se alimenta de manera directa con cheques al portador. Contactado por nuestro equipo esta mañana, Manuel Sánchez no ha querido pronunciarse sobre esta hipótesis, aduciendo que lo primero será lograr implementar una versión comercial de El pesetín. Entre tanto, los principales operadores telefónicos y las grandes marcas de teléfonos celulares no han querido decir palabra, lo cual, dado el caso, no deja de ser una falta de comunicación inaceptable.
Javier CoutoJavier Couto (Montevideo, 1974) es narrador. En 2010 obtuvo una mención de honor por Voces (cuentos) en el XVII Premio Nacional de Narrativa “Narradores de la Banda Oriental”. Su novela Thot fue finalista del Premio Minotauro 2013 (Editorial Planeta). En 2014 obtuvo una mención de honor con su libro de cuentos Del otro lado, en el Concurso Literario Juan Carlos Onetti 2014 y la primera mención en el Concurso Internacional de cuentos Julio Cortázar.

1 comentario:

sokon m dijo...

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