Te comento al pasar que la sola mención de la palabrita intelectual ya me genera repulsión. Mi visión de la afamada intelectualidad es por demás negativa. ¿Formador de opinión? ¿Punto de vista crítico? Mirá, jamás ha existido algo como la objetividad. El intelectual comprometido no deja de ser un peón que se cree alfil y tiene pretensiones de rey. Y aún así, varios de ellos se me antojan imprescindibles.
3 comentarios:
Es lo que le digo a mi amiga la cumbiera, quien todavía no entiende, que un intelectual con pretensiones de rey y la bailanta no tienen mucho que ver.
Y encima chamullador, reina, a ver si te acordás de la casa en Formosa. Hermosa versión de la Chanson de Prévert, pese a la falta de nasales y el fonema [y], sencillamente hermosa.
Y como de ejemplos vive el mundo -cuya fe en la inducción completa es ciega, estúpidamente ciega-, aquí el afamado intelectual del que hablo se extendería a dos columnas sobre los versos de Prévert, sobre su relación con Kosma, y contaría cómo el viejo Prévert compartía azotea con Boris Vian, mencionaría a los sátrapas, para luego hacer un paralelismo con alguna corriente filosófica actual y terminar con una frase de esas que ni Derrida en sus mejores momentos. Y los recursos retóricos, claro, habría que escribir sobre eso también.
no me tutiés, bo.
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