Como el tipo suele vivir en la luna de Valencia y además tiene parientes en el interior del país, está más que acostumbrado a patear un montón de tierra y descubrir un hormiguero. Ahora, luego de años de luna de Valencia, se da cuenta de que basta marcar bandera de libre para que de debajo de las piedras comiencen a surgir propuestas inesperadas, caras borrosas que de golpe se vuelven alguien, sí, yo sí, pero en ese momento vos estabas con, entonces, ya sabés, pero sí, tomá, llamame. Y encima pas mal, che.
Un aplauso para el asador, le dice con sorna el licenciado Angulo, primo segundo de Arturito de los tres pelitos, y con una cara angelical que para su gusto se acerca peligrosamente a trisomía del vigesimoprimer cromosoma.
En fin, sucede que este muchacho es capaz de sorprenderse más de lo esperado ante situaciones tales, y tiene una tendencia patológica a extrapolaciones de poca monta, por una deformación profesional que le gustaría dominar pero que en el fondo lo puede largamente. Aunque de momento está más bien tranquilo y se conforma tomando despacio del vaso de vino mientras piensa en el destino, cacofonía que le resulta bastante acorde al estado de situación actual.
Un aplauso para el asador, le dice con sorna el licenciado Angulo, primo segundo de Arturito de los tres pelitos, y con una cara angelical que para su gusto se acerca peligrosamente a trisomía del vigesimoprimer cromosoma.
En fin, sucede que este muchacho es capaz de sorprenderse más de lo esperado ante situaciones tales, y tiene una tendencia patológica a extrapolaciones de poca monta, por una deformación profesional que le gustaría dominar pero que en el fondo lo puede largamente. Aunque de momento está más bien tranquilo y se conforma tomando despacio del vaso de vino mientras piensa en el destino, cacofonía que le resulta bastante acorde al estado de situación actual.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario