Y fue por eso mismo que quedamos con Arturito de encontrarnos en México.
—Y mirá, negro —me había dicho por teléfono desde París—, que a mí el DF me descompone en tres minutos. Así que a moverse un poco. Te llevo un pote de foie gras y la última de Les Inrocks. Vos aportame una grappamiel, no seas piojo.
Difícil moverse en una ciudad de 40 x 30 km, en la que la informalidad es emblema y la altura y el smog no ayudan y uno anda días y días como un perfecto idiota, con la cabeza partida al medio y la nariz sangrando de cuando en cuando. Así que ahora, al amparo de un vino demasiado joven, el perfecto idiota comienza a permear en algo que del otro lado del espejo se puede verbalizar como una posible e incompleta aproximación por palabras clave: ahorita, tantito, dizque, mano, mande, chile, mole, tortilla, sumido, fresa, chido, híjole, órale, ándale, rico, joven...
El fracaso está cantado y sólo queda confesar que del DF me queda esa sensación de inaprensible, la casa de Trotsky, los murales de Diego Rivera y el impresionante museo de antropología. Del resto del país, con el energúmeno en cuestión pudimos visitar Guanajuato (tumba de cartógrafos), Taxco, Teotihuacán y Cuernavaca. Cuentos hay muchos pero, puesto a seleccionar peculiaridades, me animo a esbozar la lista siguiente.
El mariachi es de Jalisco y en Jalisco nadie se raja porque rajarse es de cobardes. Tiens, tiens...
A los grillos se les dice chapulines. Se los come fritos. Se venden en bolsas en la calle y en los mercados.
Mismo destino estomacal tienen los jumiles (ver foto debajo), sólo que estas inmundicias se comen vivas y yo ya me imaginaba la sensación de las patitas en la lengua. Memorable la cara de R2D2 ante una chava que insistía en hacerle probar los movedizos y repugnantes insectos. Pese a su lamentable estado, supo mantener intacto el poco orgullo que le va quedando.
—Y mirá, negro —me había dicho por teléfono desde París—, que a mí el DF me descompone en tres minutos. Así que a moverse un poco. Te llevo un pote de foie gras y la última de Les Inrocks. Vos aportame una grappamiel, no seas piojo.
Difícil moverse en una ciudad de 40 x 30 km, en la que la informalidad es emblema y la altura y el smog no ayudan y uno anda días y días como un perfecto idiota, con la cabeza partida al medio y la nariz sangrando de cuando en cuando. Así que ahora, al amparo de un vino demasiado joven, el perfecto idiota comienza a permear en algo que del otro lado del espejo se puede verbalizar como una posible e incompleta aproximación por palabras clave: ahorita, tantito, dizque, mano, mande, chile, mole, tortilla, sumido, fresa, chido, híjole, órale, ándale, rico, joven...
El fracaso está cantado y sólo queda confesar que del DF me queda esa sensación de inaprensible, la casa de Trotsky, los murales de Diego Rivera y el impresionante museo de antropología. Del resto del país, con el energúmeno en cuestión pudimos visitar Guanajuato (tumba de cartógrafos), Taxco, Teotihuacán y Cuernavaca. Cuentos hay muchos pero, puesto a seleccionar peculiaridades, me animo a esbozar la lista siguiente.
El mariachi es de Jalisco y en Jalisco nadie se raja porque rajarse es de cobardes. Tiens, tiens...
A los grillos se les dice chapulines. Se los come fritos. Se venden en bolsas en la calle y en los mercados.
Mismo destino estomacal tienen los jumiles (ver foto debajo), sólo que estas inmundicias se comen vivas y yo ya me imaginaba la sensación de las patitas en la lengua. Memorable la cara de R2D2 ante una chava que insistía en hacerle probar los movedizos y repugnantes insectos. Pese a su lamentable estado, supo mantener intacto el poco orgullo que le va quedando.
No quedan excluidos de una buena dieta los gusanos de maguey (ver foto debajo). Yum yum.
Tierra de entomófagos entonces. Pero no es todo porque el país es también un caldo de cultivo para tanatólogos de paso y almas en pena. Las catrinas dan fe de ello.
La historia es larga pero este post se quiere indicativo. Por lo tanto, queda como ejercicio averiguar qué son los alebrijes.
Arturito ya volvió a Francia y dijimos de reencontrarnos el año próximo, hacia fines de marzo. Y mientras algunos se preparan para el gordo de fin de año o para hundirse hasta el fondo en las merecidas vacaciones, yo prefiero seguir con el mismo tema musical, cuestión de ir tomando impulso para el gran salto (¡Mal! ¡Mal! ¿Cómo, no va hacia atrás? ¡Sí! Pero entienden mal a ese hombre cuando se quejan de eso. Va hacia atrás como todo aquel que quiere dar un gran salto). Lo mío va por el lado de la cardiología extrema; nada que hacerle. De tan predecible doy asco y sin embargo, un rato cada día, ya ves, te engañaría con cualquiera, te cambiaría por cualquiera. Ni tan arrepentido ni encantado de haberme conocido, lo confieso; tú, que tanto has besado, tú, que me has enseñado...
Arturito ya volvió a Francia y dijimos de reencontrarnos el año próximo, hacia fines de marzo. Y mientras algunos se preparan para el gordo de fin de año o para hundirse hasta el fondo en las merecidas vacaciones, yo prefiero seguir con el mismo tema musical, cuestión de ir tomando impulso para el gran salto (¡Mal! ¡Mal! ¿Cómo, no va hacia atrás? ¡Sí! Pero entienden mal a ese hombre cuando se quejan de eso. Va hacia atrás como todo aquel que quiere dar un gran salto). Lo mío va por el lado de la cardiología extrema; nada que hacerle. De tan predecible doy asco y sin embargo, un rato cada día, ya ves, te engañaría con cualquiera, te cambiaría por cualquiera. Ni tan arrepentido ni encantado de haberme conocido, lo confieso; tú, que tanto has besado, tú, que me has enseñado...
1 comentario:
Muy flojito te quedó el post, pequeño saltamontes. Té de medias, decía una tía mía.
Además te olvidaste de la noche de los ron con cola. Ingrato.
Publicar un comentario