lo que ha sido vivir. En fin. Imposible explicar lo profundamente irracional, lo pulsional, lo increíblemente estúpido pero tan muerto y tan vivo que da asco. Lo mejor es conseguir una buena alfombra y seguir metiendo debajo a la espera de Anubis, a la espera de ese momento en el que -lo visualizo perfectamente, el tipo hasta se sonríe porque me adivina de lejos- le entrego el paquete completo, bien cerradito y hasta timbrado au cas où, Gran Peso y afines, y me tomo los vientos sin decir agua va.
Porque mientras Yann Arthus-Bertrand tiene una foto aérea tomada en Jaipur, Rajastán, India, en la que hay, secándose al sol, telas de algodón similares a alfombras, a Pablo, un hermano, la canción “Con la frente marchita” le movía ciertas profundidades que ni él mismo intuía. Y se quedaba estúpidamente triste pese a que aquello también estaba muerto y vivo y daba asco y tema de charla.
Esta noche escuché la versión de Adriana Varela y comprobé que yo tampoco me conozco lo suficiente. Conozco Jaén, sin embargo. Pero no el mar andaluz. Y aún así, no creo que importe demasiado. Puede haber sido la comida, el bandoneón, la previa a las elecciones o alguna carambola astrológica. En definitiva poco importa porque la ropa, la de la vieja Europa y la mía también, se sigue secando al sol como las telas capturadas por Yann Arthus-Bertrand.
Porque mientras Yann Arthus-Bertrand tiene una foto aérea tomada en Jaipur, Rajastán, India, en la que hay, secándose al sol, telas de algodón similares a alfombras, a Pablo, un hermano, la canción “Con la frente marchita” le movía ciertas profundidades que ni él mismo intuía. Y se quedaba estúpidamente triste pese a que aquello también estaba muerto y vivo y daba asco y tema de charla.
Esta noche escuché la versión de Adriana Varela y comprobé que yo tampoco me conozco lo suficiente. Conozco Jaén, sin embargo. Pero no el mar andaluz. Y aún así, no creo que importe demasiado. Puede haber sido la comida, el bandoneón, la previa a las elecciones o alguna carambola astrológica. En definitiva poco importa porque la ropa, la de la vieja Europa y la mía también, se sigue secando al sol como las telas capturadas por Yann Arthus-Bertrand.
5 comentarios:
no se olvide del óbolo en el bolsillo, por las dudas.
no se olvide del óbolo en el bolsillo, por las dudas.
no se olvide del óbolo en el bolsillo, por las dudas.
puesto que insiste...
je. fue sin querer... o es que decidieron postear las tres???
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