Vivencias y Perdón

Desde hace meses tiene la sensación de tener una bola de estopa atragantada apenas debajo de la epiglotis. De alguna manera le deja respirar, pero poco y mal. Sin identificarla con claridad, ha aplicado todo lo aprendido hasta el momento para eliminar la molestia, sin olvidar las torpes intentonas de convencerse de que se trata de una superstición producto de una infancia signada por tristes eventos y un exceso de cebada de malteada.

Sabe ahora, sin embargo, que existe y que no es una bola de estopa sino un ovillo con, presumiblemente, múltiples puntas. Leer Si esto es un hombre, de Primo Levi, le ayudó a descubrir dos de ellas: el perdón y la forma en la que cada uno procesa los hechos que le tocaron en suerte vivir.

El autor cuenta su experiencia en Auschwitz. El libro está escrito en clave testimonial de tal manera que el narrador inhibe todo intento de acusación y juicio. El patetismo en el que hubiera sido fácil caer está evitado rigurosamente. La opción narrativa de Primo Levi está tan bien lograda que por momentos genera confusión en el lector ansioso por tomas de posición. Esta confusión se vio durante años traducida en múltiples preguntas. Primo Levi responde, en un apéndice de la edición leída, a una breve selección de éstas, de las cuales (una parte de) dos respuestas fueron fundamentales en lo que tiene que ver con la bola, la estopa, la epiglotis, la cebada de malteada y el ovillo.

Transcribo, traducidos de una traducción francesa del italiano original, los dos fragmentos reveladores.

Pregunta: En su libro no se encuentran indicios de odio hacia los alemanes ni tampoco de rencor o de deseo de venganza. ¿Los perdonó?


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Sin embargo no quisiera que se tome esta ausencia de juicio explícito de mi parte como un perdón indiscriminado. No, no he perdonado a ninguno de los culpables. Y jamás, ni ahora ni en el futuro, los perdonaré, a menos que se trate de alguien que haya probado –con hechos y no con palabras– que es hoy consciente de las faltas y de los errores del fascismo, en nuestro país y en el extranjero, y que esté decidido a condenarlos y a extirparlos de su propia conciencia y de la de otros. En ese caso, sí, aunque no cristiano, estoy dispuesto a perdonar, a seguir el precepto judío y cristiano que compromete a perdonar a su enemigo; pero un enemigo que se arrepiente no es más un enemigo.

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Pregunta: ¿Regresó a Auschwitz luego de su liberación?

Regresé a Auschwitz en 1965, para una ceremonia conmemorativa de la liberación del campo.


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Frente al triste poder evocador de estos lugares, cada antiguo deportado reacciona de manera diferente, pero podemos sin embargo distinguir dos categorías bien definidas.

Pertenecen a la primera aquellos que rechazan regresar o incluso hablar de ello, aquellos que quisieran olvidar pero que no lo logran y aquellos que, al contrario, olvidaron todo, reprimieron todo y comenzaron a vivir partiendo de cero. He notado que en general son individuos que fueron a parar a los campos “por accidente”, es decir sin compromiso político preciso; para ellos el sufrimiento fue una experiencia traumatizante pero desprovista de significación y de enseñanza, como una desgracia o una enfermedad: para ellos el recuerdo es un poco como un cuerpo extraño que se introduce dolorosamente en su vida y que buscaron (o que buscan todavía) eliminar.

En la segunda categoría, por el contrario, se encuentran los ex prisioneros políticos o individuos que poseen, de una manera u otra, una educación política, una convicción religiosa o una fuerte conciencia moral. Para ellos recordar es un deber: ellos no quieren olvidar y, sobre todo, no quieren que el mundo olvide, pues comprendieron que su experiencia tenía un sentido y que los campos no fueron un accidente, un imprevisto de la Historia.


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Javier CoutoJavier Couto (Montevideo, 1974) es narrador. En 2010 obtuvo una mención de honor por Voces (cuentos) en el XVII Premio Nacional de Narrativa “Narradores de la Banda Oriental”. Su novela Thot fue finalista del Premio Minotauro 2013 (Editorial Planeta). En 2014 obtuvo una mención de honor con su libro de cuentos Del otro lado, en el Concurso Literario Juan Carlos Onetti 2014 y la primera mención en el Concurso Internacional de cuentos Julio Cortázar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

perdón acompañado de gracia. para mi La Formula. Pero es difícil.