Campings II

Esa misma tarde, al volver de la playa a las 20 horas, se nos ocurre pasar por el supermercado tan sólo para constatar que hay una cola de treinta minutos, simple peaje para un panorama desértico, breve herencia de termitas. ¿Queso parrillero? No están trayendo. ¿Carne? Cómo no, ¿costilla o vacío? ¿Picaña? No, señor, no tengo. Y vos por dentro dudás si entendió o pensó en la especie pygocentrus, otra que la sonrisa de la mona lisa, pibe, si vos vieras la que tenía un cliente (no la mona lisa sino una piraña; y en plena oficina; política empresarial, supongo). ¿Y sabrá que las hienas no se ríen? Pero con voluntad se fríen, señor, y ahora me despeja que tengo clientes de verdad para atender. Siguiennnnte. Y como este diálogo imaginario no te satisface en lo más mínimo, te convencés de una estancia frugal, colesterol, salud y yerbas así, y vas y te topás con duraznos a $60 el kilo y pensás que deben de haber sido cosechados a mano y con guantes de tul pero lo mismo están semi podridos. Con tres bobadas te arrimás a la caja y tu primera hipótesis es que la cajera está medicada. Rápidamente enumerás los ansiolíticos, hipnóticos y sedantes que conocés y te proponés un sorteo mental que con suerte validás si le descubrís el blister en un bolsillo o en la cartera. Pero tu intento es fallido, aunque el tiempo te dio de sobra porque eso no fue normal sino más bien una pompa financiera cuando no fúnebre (porque el boliche, así, che). Convencido de que la cajera hace a diario gárgaras con dormicum, te retirás lentamente, por una cuestión de no desentonar, berretines rítmicos o temor de levantar el polvillo y la resaca locales y, además de molestar, ensuciarte. Y todo sigue lento, como engomado.
Javier CoutoJavier Couto (Montevideo, 1974) es narrador. En 2010 obtuvo una mención de honor por Voces (cuentos) en el XVII Premio Nacional de Narrativa “Narradores de la Banda Oriental”. Su novela Thot fue finalista del Premio Minotauro 2013 (Editorial Planeta). En 2014 obtuvo una mención de honor con su libro de cuentos Del otro lado, en el Concurso Literario Juan Carlos Onetti 2014 y la primera mención en el Concurso Internacional de cuentos Julio Cortázar.

4 comentarios:

Circe dijo...

a la legua se nota que es rocha, te diré.

Rodia dijo...

de lejos, sí. La ausencia de carne es demasiado típica

Zeta dijo...

Sí, a la del pirata cojo le falta esto. Una profesión apacible, tranquila, sin pretensiones (de ninguna índole). Hasta tiene cabida rítmica: almacenero en Rocha, deportado en Siberia, sultán en un hareeeen.
Fijáos que hasta puede intercambiarse de recital en recital, y cantar deportado en Rocha, almacenero en Siberia que es más o menos parecido. Lo del harén no sé...

Rodia dijo...

almacenero en rocha es diferente a almacenero en belo horizonte. En belo horizonte sería como misión a cumplir. En Rocha no. Ni ahí.