El nene

Duerme a pata suelta, desvergonzado, ronca, habla dormido, hace mil veces el mismo camino, olvida sistemáticamente lentes, pasaporte, libros, todo. Culto pero modesto, ante todo sincero, difícil no encariñarse con un ejemplar así. Quedan pocos, me he descubierto murmurando en más de una ocasión. Se distingue por un estilo de inteligencia mayor, a saber el de ser inteligente pero no ostentoso. Presumimos que conoce el valor que los chinos conceden a la sorpresa (cf. Sun Tzu).

Frente a la administración francesa ha hecho gala de la mejor estrategia: poner cara de infeliz cual gato con botas versión Shrek. Le ha funcionado a la perfección. Sus costumbres, ejemplarmente excéntricas, y ciertas frases que deja caer como si estuviera distraído nos resultan, a veces, gratuitamente provocadoras, un buen espejo, tal vez una máscara o una blanda muralla.

Luce el acento porteño mucho mejor, por lejos muchísimo mejor que su sanducero natal. Charlando con él hasta las cuatro de la mañana hemos podido comprobar que por más que se esfuerce en racionalizar la paternidad, igualmente aumenta su secreción salival cuando habla de su hija. Creemos que hace muy bien, que no se debe tener hijos, principalmente porque el planeta está superpoblado, pero que si se los tiene hay que honrarlos como Dios manda. No ha entendido, sin embargo, que por esa misma honra más de uno no aceptaría un nombre como Manolito para un vástago.

Ha dejado un hueco en el séjour en el que pernoctó durante veintiuna noches exactas y una legión de quesos variopintos en el refrigerador. Hemos descubierto también, lo cual no nos ha sorprendido, un par de zapatos negros, presumiblemente de la época victoriana, y una media solitaria en un cajón de la cómoda. Aunque no entienda la politesse francesa y espete imperturbable que Londres es más linda que París, extrañaremos sus ocurrencias, su gusto por la vida, una vaga candidez.
Javier CoutoJavier Couto (Montevideo, 1974) es narrador. En 2010 obtuvo una mención de honor por Voces (cuentos) en el XVII Premio Nacional de Narrativa “Narradores de la Banda Oriental”. Su novela Thot fue finalista del Premio Minotauro 2013 (Editorial Planeta). En 2014 obtuvo una mención de honor con su libro de cuentos Del otro lado, en el Concurso Literario Juan Carlos Onetti 2014 y la primera mención en el Concurso Internacional de cuentos Julio Cortázar.

9 comentarios:

Zeta dijo...

No es el mismo nene que yo conozco.
Éste, camina las calles erecto y con el mentón hacia arriba. La camisa jamás aloja una sola arruga. Se ríe de todo pero con educada mesura.
Jamás llora y nadie lo ha visto melancólico. Sólo se viste ciertas marcas, Legacy, Lacoste, Catto’s en algunos distritos piadosamente inaccesibles.
Pero en el concepto global, sí, coincidimos bastante.

Javier Couto dijo...

Mire usted, no logramos acceder a la versión cheta del nene. Más aún, imposible que camisas y pantalones no alojen arrugas puesto que deja todo tirado por ahí y no toca una plancha por, creemos, cábala o, sabemos, haraganería.

Curioso...

krahd dijo...

culto pero molesto, shouldnitbe?

faltás vos en el conche, negro.

Javier Couto dijo...

"Culto pero molesto", muy bueno.

Estuve tentado a escribir: "Se distingue por un estilo de inteligencia mayor, a saber el de ser inteligente pero no demostrarlo." Pero me pareció cruel, innecesario e injusto (en cierta medida, claro).

Conche?

krahd dijo...

conche is good.

i rather fancy your phrase.

Zeta dijo...

Jahey, estimado, he tomado contacto, con La motocyclette. Se agradece, mucho.
Y se agradece también que nos devolvieran al Nene.

Javier Couto dijo...

Que lo disfrute. Al libro, me refiero. Cuando termine el suyo, tendrá noticias.

Rodia dijo...

me interesó el tema del valor de la sorpresa, es lo más acertado (desde mi ver) de los comentarios. Y con lo del gusto por la vida, touché.

Ustedes son todos una manga de franceses, lo sabían? Ampliaremos.

Javier Couto dijo...

nos lo han dicho, sí.. la gente tiene una facilidad difícil de evitar para el encasillamiento y la generalización (jo)