Encuentro en Le canard enchaîné del 12 de diciembre una reseña del libro "Le voyage de Magellan" (ediciones Chandeigne). La reseña en cuestión me lleva a informarme más sobre el misterioso personaje del cual se tiene en general una idea más bien idílica (cuando se tiene alguna idea), del estilo ah sí el de la primera vuelta al mundo, porque del estrecho casi todo el mundo está informado, aunque más no sea por ceder a la tentación del chiste fácil.
El artículo que se le dedica en la wikipedia se pliega muchísimo a la versión del imaginario colectivo. A modo de ejemplo, indica que "Magallanes pereció en una contienda con una tribu de Filipinas" (la versión francesa habla de una flecha envenenada; la versión portuguesa, de una emboscada; las inglesa e italiana, como la española). Sin embargo, el libro citado, que tiene un trabajo de investigación documental enorme, nos indica que Magallanes palmó tontamente mientras se dirigía a incendiar una ciudad indígena. Qué nene.
Otra serie de descubrimientos muestran a Magallanes con un deseo de dominar el mundo más que de descubrirlo, embarcándose en una expedición que no tenía precisamente fines científicos o geográficos. Varios siglos después, esta apreciación no ha perdido vigencia. On connaît la chanson, faut pas nous la faire, canta Yvan Marc en "Propaganda".
El famoso dios que juega a los dados parece en realidad seguir dándole manija al mismo organillo desde hace demasiado tiempo ya. Y los monos somos nosotros, por supuesto; lo cual no me molesta en lo más mínimo sino más bien todo lo contrario.
El artículo que se le dedica en la wikipedia se pliega muchísimo a la versión del imaginario colectivo. A modo de ejemplo, indica que "Magallanes pereció en una contienda con una tribu de Filipinas" (la versión francesa habla de una flecha envenenada; la versión portuguesa, de una emboscada; las inglesa e italiana, como la española). Sin embargo, el libro citado, que tiene un trabajo de investigación documental enorme, nos indica que Magallanes palmó tontamente mientras se dirigía a incendiar una ciudad indígena. Qué nene.
Otra serie de descubrimientos muestran a Magallanes con un deseo de dominar el mundo más que de descubrirlo, embarcándose en una expedición que no tenía precisamente fines científicos o geográficos. Varios siglos después, esta apreciación no ha perdido vigencia. On connaît la chanson, faut pas nous la faire, canta Yvan Marc en "Propaganda".
El famoso dios que juega a los dados parece en realidad seguir dándole manija al mismo organillo desde hace demasiado tiempo ya. Y los monos somos nosotros, por supuesto; lo cual no me molesta en lo más mínimo sino más bien todo lo contrario.
7 comentarios:
Un profesor que tuve en cierta época, escribió una novela sobre el viaje de Magallanes.
El título es «Maluco». El autor es Napoleón Baccino.
La novela (que está muy buena) es de la década de los noventa creo, y obtuvo varios premios internacionales, entre ellos el premio Casa de las Amércias (es quizás la última novela de un escritor uruguayo con renombre mundial).
El libro está basado en el diario de viajes de Antonio Pigafetta, uno de los tripulantes de la expedición, pero en realidad está contada por un bufón que iba a bordo para distraer a Magallanes, y que hace todo su relato para reclamar al rey una pensión.
"el estrecho de Magallanes"
jejeeeeee
El otro día estaba hablando con el estrecho de Magallanes, pero no pude seguir, el tipo es muy... estrecho.
jejeeee
Gracias por el dato, Zeta. El libro que comento (que todavía no pude procurarme) se basa mucho también en el diario de Pigafetta. Cuando lo consiga quizá comente algo más.
Con respecto a la apreciación sobre el renombre, las novelas de Chavarría son reconocidas. O Peri-Grassi.. o.. en fin, ahora que me pongo a enumerar, no entiendo por qué la apreciación. Pero aprovecho para decir que Onetti es lo mejor, por lejos lo mejor que le pasó a la literatura uruguaya en su entera existencia.
Onetti. Sí.
Felisberto Hernández es lo más... interesante (en el sentido de novedoso). Aunque quizás el mejor haya sido Quiroga (que para mí no es uruguayo porque él quiso serlo).
Pero entre esos tres anda el tema.
Y con respecto al estrecho... bueno... en fin.
Felisberto es grande, concuerdo. Mi problema con Quiroga es que escribía mal.
El estrecho? El nene anda contento, es eso.
Mal, no escribe.
Hablo del estilo, sinceramente no me gusta y me da pena porque las ideas de algunos de sus cuentos me parecen brillantes.
Pero mire que yo soy de los que prefieren una cotidiana bien escrita a una épica en telegráfico. Preciosista confeso.
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