Mahinda nos cuenta durante el almuerzo que en Sri Lanka es de mala educación pasarse un cuchillo de mano en mano. Así, la costumbre quiere que para darle un cuchillo a alguien, se proceda a colocarlo en un lugar neutro (por ejemplo una mesa), para que su destinatario pueda tomarlo. Pienso en cuántos intentos de asesinato por arma blanca terminan en suicidio y me río solo. Mahinda me mira sin comprender. Encuentro una excusa razonable y el almuerzo prosigue. Tema siguiente: el terrorismo en Francia.
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Título ambiguo: El canto del cuchillo.
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